Una misa satánica


Una misa satánica

Todos tuvimos alguna vez el amigo raro, el hippie que se colgaba collarcitos de jade y ágatas místicas que regulan el flujo energético universal, esencial, místico y casi cósmico de los chakras sagrados, comprado al artesano/gurú/vendedor de marihuana/sanador espiritual y chaman, peruano en Copacabana y que en realidad el “loquito” las había recogido en la playa un día que estaba más volado que de costumbre y que en medio de su viaje le agarro el tema de buscar cositas brillantes.
El nerd estudioso hasta la nausea, o la amiga súper fresa, la princesa que es amiga de todos... esta es la más peligrosa,  pues no olviden el viejo adagio que reza “amigo de todos, enemigo de muchos”, la hecha a la top model y que generalmente tenia de model la actitud prestada no más, porque para tristeza suya la condenada tenia de top model lo que yo tengo de papito rubio, alemán, husky siberiano...  y por añadidura flaco!
Así podríamos ir catalogando la fauna de amigos excéntricos que tuvimos en un prontuario por demás amplio y sorprendente… algunos con los años y las aguas se convirtieron en todos unos personajes como mi amigo marco de quien me reservare el apellido y que cuando uno tenía a bien saludarle en la calle, el te contestaba a grito pelado su lema de guerra que termino convirtiéndose en su mote y con el cual aun ahora después de más de 20 años, se siguen refiriendo a el… o sea tu le decías hola marquito y el te contestaba gritando Cobraaaaaa !!! Nuestro querido comandante cobra, todo un personaje en los 80’s y parte de los 90’s aquí en nuestro orurito.
Como decía a todos nos toco una amigo rarito… a mi me toco el peor de todos… Un roquero heavy metalero ochentero, satánico y fan a muerte de iron maiden !!
Este amigo que se llamaba Edwin y que el prefería que le digan Eddy en alusión a la mascota del grupo inglés que el idolatraba, era un tipo de lo más extraño para los cánones de mediados de los ochenta...
El Eddy vestía completamente de negro, jeans negros, una polera negra de iron maiden por supuesto, y completando el atuendo, una chamarra de jean negra… de suciedad, porque el condenado Eddy no se la sacaba ni para dormir.. El pelo, para nosotros y en ese entonces, extremadamente largo.. Claro con las justas le llegaba a los hombros, pero que nosotros lo  veíamos como el máximo desafío al sistema y al asqueroso statu quo imperante en este sistema capitalista y depredador…
jejeje vieron que ridículo suena esto ahora cuando se lo dice en pleno siglo XXI … 
Seguro me están viendo con asco y con vergüenza propia y solapada los vetustos y dinosauricos izquierdosos de siempre…
Retomo, el pelo largo y al viento totalmente rebelde.
Bueno, este amigo tenía todo su cuarto empapelado con posters de iron maiden y sobre su cama mal dibujada una estrella de 5 puntas invertida, lo cual a los mozalbetes de ese entonces termino de convencernos que este era no mas hijo del cornudo con cola.
Bueno, así con este personaje inverosímil urdimos los actos de rebeldía mas desopilantes que se puedan imaginar en nuestra época de colegio, hasta que un día y cansados de nuestra actitud “problemática” el colegio aconsejado por la profesora de religión decidió llevarnos de retiro espiritual a ver si algo de razón y de pio cristianismo se nos metía en el cuerpo y dejábamos de hacer tanta diablura…
Craso error!!!
Efectivamente un buen día nos llevaron de retiro a una famosa casa para estos menesteres que esta fuera de la ciudad en la zona suroeste para ser más exactos…

Llegamos a l lugar y ni bien descendimos del bus empezó el suplicio…
Pusimos los pies en el suelo y nos hicieron rezar, entramos a conocer el lugar y nos hicieron rezar, nos dieron el desayuno y nos hicieron rezar, terminamos y rezamos, nos llevaron a nuestros cuartos y adivinan que paso?...
Pues no, no rezamos, más bien alistamos nuestros sleepings y nos dieron media hora de “adaptación”... adaptación a qué?.. a lo más cercano que habíamos conocido a una prisión gobernada por fanáticos religiosos?
El Eddy andaba enojado y murmurando entre dientes algo que nos pareció un encantamiento satánico para provocar en los monitores una diarrea diabólica que les exprima los intestinos hasta hacerles abdicar entre retortijones malignos.
El día avanzaba lento entre mas rezos y ridículos juegos que ya ni los niños de kínder jugaban en esa época… luego de seguir rezando mas, pasamos unas interminables clases cargadas de religiosidad sobre temas más variopintos que iban desde como la higiene te acercaba a dios, una absurda clase de orientación sexual en la que te creaban mas tabúes y te dejaban el mensaje de que todo tipo de sexo era vergonzoso y en extremo pecaminoso. Hasta una charla de nutrición y una aún más absurda de motivación en la que mi amigo Eddy se destaco!
Algún monitor con lentes y aparentemente asexuado puso en la pizarra el viejo lema que dice “cristo viene” y lo aderezo con un carita sonriente, nuestro amigo Eddy pinto debajo “sálvese quien pueda”, todos aullamos de risa y eso nos provoco el primer castigo del día… se imaginan cual fue… pues rezar mas, como si no lo hubiésemos hecho todo el santo día.
Finalmente llego la noche como un bálsamo refrescante ante tanta tontería religiosa, después de cenar y rezar por la milésima quincuagésima séptima vez… (no sé qué número es en números cristianos, pero confío a que suene a mucho) y ante lo avanzado de la hora… 9 de la noche… Nos mandaron a dormir… Solo en caso de que se hayan olvidado, nos hicieron rezar una vez más.
Nos pusieron en una celda/aula con las ventanas cegadas por sendas mallas olímpicas y algunos barrotes, supongo, no tanto para que cuidar la propiedad de los ladrones, sino más bien para evitar que algún prisionero escape gritando en aras de la cordura.
Huelga decir que en la puerta y obstruyendo cualquier posible fuga, se echó a dormir uno de esos  monitores asexuados ultra fanáticos religiosos, con gafas y con una hipócrita sonrisa permanente… como los odio… El patético cuadro se completó cuando a la orden de apaguen las luces nos hicieron jugar el papel de monjes silentes y penitentes, so pena de una temprana excomunión al que se le ocurra hablar o emitir algún sonido en la noche… que nos creíamos al intentar pensar y  hablar sin control?, caracho!!!
Después de esperar un tiempo en que creímos que el monitor estaba durmiendo, nos pusimos a cuchichear y el Eddy nos propuso salir al patio a fumarnos un cigarrito
-          Imposible! – dijimos
-          Nos van a ver – repuso otro amigote
-          Todo blu – dijo el Eddy
Resulta que el condenado Eddy se había ocupado durante todo el día de destornillar disimuladamente un par de tuercas que unían a la ventana el marco de metal donde estaba soldada la malla olímpica.
Subrepticiamente y muy al estilo de prisión break, nos deslizamos por el hueco en la ventana y agachados y en medio de la oscuridad nos fuimos a esconder en el patio del fondo, donde respirando el dulce aire de la libertad encendimos un par de cigarrillos y nos pusimos a charlar..
De qué?
No adivinan?
Pues nada más y nada menos que de satanismo… charla obviamente conducida por nuestro amigote el hijo del satán y más obviamente aun, una charla tan absurda como absurda era la actitud del Eddy.
Nosotros todo creyentes, entre asombrados y asustados le escuchábamos boquiabiertos… el paroxismo llego cuando él nos propuso hacer una misa satánica para invocar al mismísimo cornudo con cola ¡!!
Con una autoridad increíble dijo que lo primero que necesitábamos era encender un buen fuego y ante la falta de alguna rama de beleño o de acacia sagrada no vimos mejor sustituto que prenderle fuego a un turril de basura que teníamos cerca… está bien eso de ser satánicos y todo, pero era de noche y estábamos en medio de la nada… y afuera da miedo como para ir a buscar ramas de beleño.
Antes nuestro sumo sacerdote quemo unas hojas de papel y nos pidió que nos quitemos las poleras, con el torso desnudo y con la ceniza del papel dibujo en pecho un pentagrama invertido y nos pidió que hiciéramos lo mismo. Yo dibuje el mío medio chueco, por las dudas y con una carita sonriente camuflada por si acaso de verdad aparecía el diablillo.. digo está bien que sea el príncipe del mal, pero quizás una sonrisa le alegraba el día y no se cargaba mi alma al séptimo de los infiernos.
Ya ataviados con nuestros símbolos místicos, encendimos el turril de basura y empezamos a bailar alrededor gesticulando y repitiendo una interminable letanía dirigida por el sacerdote Eddy.
- Diablo ven! Imprecaba el
- Diablo ven!, repetíamos nosotros
- Diablo, hazte presente!
...
...Diablo, ven pues!
- Diablo poséeme!...
- Esteee.. a nosotros no mucho! Por favor…
- Diablo ven!!!
Y saltábamos con la mirada perdida y a grito pelado, dando vueltas alrededor de la pira encendida… en lo mejor estábamos y justo cuando yo aterrado creí ver por el rabillo del ojo al mismo cornudo.. zas!
Se encienden las luces del patio y mi amigo Eddy se hincó en medio del patio y gritó
- Diablo eres tú? Y en ademan de desgarrar su pecho, le impreco, poséeme!!!
Con los ojos desorbitados y semi cegados por la repentina aparición de la luz, los brazos abiertos y en ademan de total entrega el Eddy se preparó para recibir a su amo!
Grande fue la sorpresa cuando comprendimos que la presencia satánica no era otra cosa que todos los monitores del hogar de retiro, la profe de religión, un par de monjas y el cura de turno!
Como es la mente humana, no?
Juro por dios que hasta olí azufre!
Y en medio del terror juro por dios que hasta vi al diablo en persona ;)

No tienen idea del zafarrancho que se armó por causa nuestra, hubo ataques surtidos de las monjas, dos monitoras soltaron el moco, el cura no paraba de santiguarse y el Eddy ante la disyuntiva de ser expulsado y excomulgado juraba por dios y todos los ángeles que no creía en el diablo!
Ante el primer amago de excomunión, nos sacaron de la famosa casa de retiro y en medio de la noche andamos el par de kilómetros que nos separaban de chiripujio a fin de conseguir algún vehículo que nos regrese a la ciudad.
Volvimos al colegio y ante amenazas de todo tipo, no nos quedó otra que tranquilizarnos un poco…
Del Eddy no supe nada más… un buen día desapareció y en el cole se rumoraba que fue el mismísimo belcebú que vino y se lo llevo a la más profunda de las oquedades del infierno.
Lo cierto es que sus papas y ante la expulsión inminente se lo llevaron a Cochabamba, pero a los llockallas e ese entonces nos gusta creer que sucedió de acuerdo a la primera versión.
Muchas cosas de este tipo hicimos en los tumultuosos 80’s, sin embargo y en defensa nuestra debo decir que todas estas travesuras estaban cargadas de la inocencia que caracterizaba a nuestra generación… Imagínense como seriamos de inocentes que Rambo o van damme nos parecían el epitome del héroe masculino.
Ahora y ante las sonrisas que me causa estas anécdotas, no puedo menos que congratularme por haber crecido en una época en la que la inocencia era nuestra principal arma y nuestro principal escudo para defendernos del poco mal que nos rodeaba en ese entonces.
Ese día comprendí que los chicos siempre serán chicos y que a veces hay que ver sus travesuras con la simplicidad y la ignorancia propia de esa edad en la que los adolescentes cometen absurdas travesuras y solemnes metidas de pata y los solemnes adultos en la miope estupidez de la adultez no comprendemos y olvidamos que a nosotros también nos tocó la edad de la burrera.
Ese día y también aprendí que las fuerzas oscuras del mal no se pueden conjurar por muchachitos semidesnudos y bailando alrededor de un basurero en llamas… Aunque también debo admitir que muy a pesar mío aun guardo un póster de iron maiden en los fondos oscuros de mi escritorio, para que cuando me empiezo a poner demasiado adulto y demasiado solemne, entonces saco mi poster y como un piano me cae la imagen de un muchachito de 16 años con una estrella pintarrajeada en la panza y recuerdo que algunas cosas no hay que tomarlas demaciado en serio…
He dicho! 

Josè Zabalaga Otega

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