Periplos circulares


Periplos circulares



… La verdad es que no se mucho de las artes gráficas y supongo que todo se debe a mi inutilidad en este campo. Lo digo en serio, soy tan inútil en estos menesteres, pero tan inútil, que les cuento que ni los círculos  con compás me salen bien… En serio! Cuando tengo que pasar por la frustrante necesidad de usar uno
(digo un compás), suelen ponérseme los pelitos en posición de vista al mar y la piel de gallina.
Lo cierto es que le tengo  terror a estos instrumentos infernales !!!
Es que soy tan inútil que cuando me pongo a usar uno de estos instrumentos  de sutil tortura, termino lanzando el bendito compas contra la pared, con el consecuente peligro que significa cualquier posible rebote que me arranque un ojo…
Les parece chiste?... Pues les cuento como inicia mi periplo por el mundo de los “diseños circulares”.
Primero con el recelo más grande del mundo similar al que debe emplear un  domador de tigres cuando asoma su cabeza a la jaula y se percata que olvido alimentar a sus gatitos durante la última semana; abro el cajón central de mi escritorio y usando solo dos dedos saco el susodicho instrumento geométrico de su estuche. Lo miro detenidamente clavándole una mirada fría, casi como midiendo fuerzas con este poderoso enemigo de marras. Después resuelvo que el momento ha llegado y muy interiormente me repito para mentalizarme: “Un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer”. Acto seguido y con la misma emoción que seguramente sentían los cristianos cuando los arrojaban a los leones. Me decido a dibujar el famoso y malhadado círculo, entonces saco un folio de papel, con furia lo arrojo contra el escritorio y acerco el compás… El tiempo se detiene en una fracción de segundo, pero para mi es como si el universo entero se hubiese detenido en un inconcluso grito de horror. Siento las palpitaciones de mipulso retumbar en toda la habitación… (Imaginar música incidencial de película de terror), una gota de sudor frio perla mi frente y una sola idea fatídica flota en el ambiente: circulo, circulo, circulo, circulo…
El instrumento del mal en cuestión hace contacto con el papel, un sonido rasposo se escucha en el tenso ambiente, mientras el compás se desplaza lentamente sobre el papel. Yo giro muy pausadamente la perilla
del aparato… - Creo que lo conseguí!... - -Grito histéricamente- y el cruel destino mete sus manos y la circulinea figura nuevamente… nuevamente toma forma de huevo.
Maldigo mi suerte, arrugo el papel y lanzo por los aires el compás y salgo a la cale hecho una furia, maldiciendo mi sino…
Y como en un final abierto muy al estilo de Hitchcok, íntimamente se que  el maldito compás esta esperándome en los oscuros fondos del cajón central de mi escritorio, hasta que yo vuelva a necesitar dibujar un redondo… (Risa macabra)…

José Zabalaga Ortega

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