Recuerdos de una pelea


Corrían los locos años 80, esa década donde la estetica había perdido todo norte y los primeros visos de adolescentes fotocopiados estaban dando sus primeros pasos. Todos los llockallas de ese entonces parecíamos un mal remedo de los incipientes raperos gringos como mc hammer o algún otro esperpento parecido. Pantalones ridículamente anchos con el botapie tan ajustado que había que hacer milagros para meter el pie por ellos a riesgo de constreñir alguna arteria importante y conseguirnos de gratis un coagulo de sangre que viaje a nuestro cerebro y nos deje en el sitio con cara de rapero difunto... Pensándolo bien, esos pantaloncitos de marras deberían usarse como castigo para algunos políticos criollos que hacen gala de su ignorancia supina.. se imaginan a nuestro propio diputadito barbón con uno de estos pantalones puesto a fuerzas y con carácter de obligatoriedad?
Les aseguro que no habría llockalla en Oruro que no correría apuestas para ver cuánto demora el coagulo en llegar a su cráneo y después de dos rebotes proverbiales tape algún conducto y deje al amiguito en el sitio con cara de rapero difunto ;)
... de las chicas ni que decir, todas fotocopias de Madonna... claro salvando las diferencias con la diosa ochentera en cuestión...
todas con pantalones anchos y a media canilla, zapatos ultra planos, tirantes, sobre una blusa que a lo mejor era herencia de la abuela, un chaleco afanado del ropero del abuelo, aun con las marcas de implacable polilla y el tufillo a la tardía naftalina y encima un sobrero de cocani puesto en la nuca completando el atuendo... y el peinado?!!! ufff inverosímilmente alto.. Con un jopo de tres pisos con terraza y ascensor que fue erigido con el uso de no menos 3 latas de spray, un bote de gel y agua azucarada en las puntas... :P
claro, a lo mejor p0r ahí deberían empezar los ecologistas a preguntarse el origen del daño a la capa de ozono... Hagamos las cuentas, 20 mil imillas promedio en Oruro, a tres latas de spray por día, por nuca... ufff no se como no exploto el planeta al finalizar los 80's
Fue en esa década cuando este servidor aun adolescente todavía creía que los problemas se podían resolver con un buen sopapo a instancias de la cara del agresor y listo... a otra cosa mariposa
Y aunque nunca fui muy amigo de las peleas, debo admitir que mi tamaño siempre me jugo a favor... y es que pocos se animaban a meterse con el grandote en cuestión...
este no fue el caso de este amigo que como buen fan de bruce lee, de jacky chan y de cuanto chino arte marcialero estaba de moda en ese entonces, se metió a estudiar algún remedo de karate o algo parecido con el "sensei" del "dojo" "okinawa" que no era otra cosa que el hijo del sastre del barrio que era otro fan de bruce lee y que su profe de educación física le había dicho que era bueno para las patadas ;)
Bueno, el karateka en cuestión, por alguna razón que aun ahora no comprendo me busco bronca y como buenos "caballeros" decidimos resolver nuestros problemas en el campo del honor donde nos batiríamos en singular duelo hasta dejar marcado con sangre en la arena, nuestro paso por tan honroso campo de justas... o sea a rompernos la madre en la tetilla ;)
el medio día fatídico llego y como se estila en estos casos, toda la tracalada de mis amigos me acompañaron para apoyarme... aunque creo que más bien era para ver como el karateka me sacaba la cresta 14 veces antes de que yo pueda decir, "en la cara noooo"
dos de ellos se declararon mis incondicionales escuderos.. o sea llevaban mi mochila y uno más me daba consejos de batalla, o sea el típico "cuando te tire arriba te agachas hermano y lo destanteas con la mirada y cuando se raye con tu mirada maldita le metes un queque!".. claro como siempre funcionaron estos consejos... estaba arreglado!!! ;)
Llegamos al campo del honor y el bando contrario situado al oriente de la explanada nos esperaba con ansias, apareció un árbitro que pidió a todos que seamos caballeros que si no es se encargaría de alejar a los entrometidos. O sea "al que se meta le saco la mierda" :P
... el momento llego y me acerque al medio de lo que suponía iba a ser mi próxima tumba. 

Como para amedrentar al enemigo, el karateka en cuestión pidió un momento y con diabólica lentitud procedió a quitarse la camisa, luego siguieron uno a uno los zapatos y los calcetines, con una mirada de asesino psicópata y sonriéndome se suspendió los botapies del pantalón dejándolos a media canilla. No contento con eso hizo un par de movimientos arte marcialeros que hubiesen hecho llorar de orgullo al sastre de la esquina si los hubiera visto ejecutados por su hijo el sensei y después de ejercitar un par de gritos chinos y dar dos patadas a la luna se paro en medio y con un gesto digno de annibal lecter me invito a la pelea... Aquí debo hacer un alto y referirles que los siguientes dos segundo para mi pasaron en cámara lenta.
como en un destello detenido vi correr hacia mí al karateka gritando y gesticulando como un poseso y de pronto saltar para encajarme un sopapo de pie, en esa mismísima fracción de segundo yo cerré los ojos y como para no quedar humillado ante mis seguidores, escuderos, instructores de batalla, maestros auto nombrados, mejores amigos y alguna ocasional imilla que me veía con ojos casi llorosos, desde mi ronco pecho ensaye un grito de guerra y al alarido de "yabadabaduuu" cerré los ojos y extendí el puño cerrado... sentí un golpe seco y de pronto se hizo el silencio...
Si eso es estar muerto, no esta tan mal, pensé... a lo mejor si abro los ojos conoceré a dios!.. Con esa esperanza divina abrí lentamente los parpados y para mi sorpresa vi al karateka de marras tendido en el suelo, con la nariz ensangrentada y desmayado.
aquí debo hacer una reflexión. Cuáles son las posibilidades de que al momento justo de que un karateka entrenado este saltando para encajarte una patada voladora en la jeta, tu estires el puño y le pilles justo en la nariz y de un solo golpe lo desmayes?
Quizás mínimas, pero de que suceden, suceden.
Mis amigos aullaban de la emoción, la imilla que me miraba con admiración soltó los mocos y me dio un beso húmedo... de mocos y lagrimas ;)
y obviamente me volví en el héroe de la jornada...
Del karateka no supe mas nada, alguien dijo que lo busco al sensei en el taller de su padre y le metió una pateadura de padre y señor mío, por tramposo.
Lo cierto es que desde ese entonces me gane una reputación de golpeador que me siguió hasta muy entrada mi juventud.
Reputación malganada y falsa debo decir, pues siempre fui enemigo de los líos y de las peleas, aunque reputación que me gano más de una palmeada de admiración y más de uno de los favores de las féminas que se apantallan ante el tipo fuerte y a prueba de balas...
.. Ahora me pregunto si no habrá por ahí otro karateka improvisado que me busque bronca y se deje desmayar para que mi "cache" con las féminas suba un poquito que buena falta me hace.
Mientras tanto seguiré confiando en mi buena fortuna y contando esta anécdota que más de una sonrisa honesta me agenció.

He dicho !


José Zabalaga Ortega

2 comentarios:

  1. Me gustó mucho, tu escritura es fresca y con esa mezcla entre lo muy nuestro y lo de más allá(otros países)...logras un equilibrio perfecto. El humor, el cierto sarcasmo y hasta las enseñanzas de vida que se pueden extraer son las justas para querer volver a leerte.

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    1. Cracias por el comentario y la valoracion mi querida Ruth... Viniendo de una escritora como tu, es todo un alago
      Un abrazo fraterno:
      Pepe

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